Fue estar siete horas sin WhatsApp y entrar en pánico. Pero si su hijo adolescente no responde a sus llamadas de móvil, no se preocupe. Ni usted le ha educado mal ni él lo hace para joderle. Parece ser que se trata de un signo de los tiempos al que ya han puesto nombre, similar a la glosofòbia, ese miedo de hablar en público que comparto, pero por teléfono.